Acabáis de presentarnos VIRAL, proyecto cargado de ilusiones e inquietudes, ¿en qué consiste? ¿Quiénes le dais forma?
Viral es un proyecto bidimensional dividido en un CD y una obra de teatro donde se persigue la unión de artes como conexión universal con el público; subir la poesía a una guitarra eléctrica ha sido muy emocionante. Por suerte para llevar a cabo un trabajo tan ambicioso he logrado juntarme con los mejores, un verdadero equipazo, y así es todo mucho más fácil.
Hace unas semanas publicabais el CD con 10 temas donde los textos son tuyos y la música de Vikxie.
El proceso creativo del CD junto a Vikxie ha sido un regalo porque, lo que a priori podría resultar una labor ardua y fatigosa, el fusionar mis letras con su universo musical ha sido un divertimento exquisito. La sensación que tengo es que, si en lugar de 10 canciones hubiéramos compuesto 50, solo hubiese hecho falta juntarnos dos tardes más. Todo han sido facilidades. Todo complicidad.
De los temas hay que reseñar la colaboración en Prolorock y Librelatura de la magnífica actriz Begoña Maestre, y que Viral, poema con tintes épicos y clásicos, fue compuesta por las virtuosas Sara MP y Ahinoa Muñoz; una auténtica gozada. Soy muy afortunado de conocer a tan buenos profesionales.
Y ahora todos los viernes de abril representareis la obra en el teatro El Umbral de Primavera de Lavapiés, (Madrid),
¿con que se encontrará el espectador que asista a ver el espectáculo?
En efecto, el 7- 14- 21- 28 de abril estamos en Madrid, en el teatro, ofreciendo al espectador una lluvia de emociones mediante la música en directo, la danza y la poesía.
Es una obra dinámica, heterogénea, en la que se denuncia la desconexión humana que propicia la continua conexión a Internet y las redes sociales; pero ante todo es un show vivo, sin trampas, donde se baila de verdad, donde se canta de verdad, y en el que nadie saldrá indiferente de él.
¿Habrá opciones de disfrutar de la obra fuera de Madrid?
De momento tenemos cerradas las fechas de Madrid y se está viendo cuándo Barcelona, Salamanca, Valencia... Por supuesto, teatros de España, si están interesados en el fenómeno creativo del 2017, contacten con nosotros que iremos gustosamente. La furgoneta la tenemos siempre llena de gasolina.
Tenemos que hablar de tu novela “El jardinero de estrellas” por varias razones. La primera es por tu generosidad y compromiso, ya que un euro de cada ejemplar vendido va para Save the Children, asociación que protege y lucha por los derechos de la infancia. Y la segunda es porque los textos del libro cobran mucho protagonismo en VIRAL, ¿verdad?
Gracias. La herramienta social que conlleva la escritura es enorme, y opino que debe de utilizarse no solo en su modo más idealista sino también en su sentido más práctico y terrenal: en la ayuda directa. Cuántas fiebres se calman con unos versos… y si además con ello se consigue recaudar algo de dinero para los más desfavorecidos, mejor todavía.
Y sí, como decías, El jardinero de estrellas tiene mucha importancia en Viral ya que parte de sus pasajes y personajes se ven reflejados en las canciones. El mensaje optimista de la novela aquí se le han sumado instrumentos y unas voces maravillosas haciendo que cobren vida y puedan colarse en las minicadenas de la gente con solo darle al play.
Otro proyecto muy humano tuyo que me ha llamado la atención es Música en Vena, ¿Qué nos puedes contar de él?
Ahondando en la idea de que el arte es capaz de solucionar, aliviar o paliar los problemas más devastadores que nos escupe el destino, Música en Vena es un proyecto fantástico en donde se realizan actuaciones en los hospitales para apoyar a aquellos que están atravesando una situación complicada.
Hace algo más de un mes tuve un acto junto a mi agrupación Los soñistas en la planta materno infantil del hospital Gregorio Marañón de Madrid, y la sensación de encender una sonrisa en los rostros de los niños durante algo más de una hora fue algo verdaderamente mágico. Tenemos tanto que aprender de ellos…
Y para mayo el show se realizará en un hospital psiquiátrico de adultos. Sea cual sea la ayuda que yo pueda suministrar, por mínima que sea, mi teléfono siempre está disponible.
Roberto, te defines a ti mismo como un revolucionario de las letras, nada mejor y necesario para estos tiempos que corren ¿no?
Más bien es una definición que diferentes críticos me han ido otorgando en estos años y que a mí, personalmente, me enorgullece; en estos tiempos tan grises donde la sociedad vive ajena a los problemas del mundo y no tiene una tarde libre para leer un libro o asistir a un concierto, pero en cambio sí gasta veinticinco horas al día en hacerse selfies y ver Gran Hermano, es un halago recibir la definición de revolucionario. Yo hago lo que considero propio de alguien que se dedica a transmitir cara a cara con el público: derribar cualquier frontera o molde establecido para dejar que las letras viajen como quieran y adonde quieran con el fin último de que la antorcha de la creatividad sea cada vez más luminosa. ¿Quiénes somos nosotros para delimitar la llama de la imaginación, no crees?
Por ello sucede que en ocasiones mi tinta se vea plasmada en forma de libro, —tanto en poesía como en novela—, en otras ocasiones adopten forma de canción, o que se manifieste mediante la expresión que genera el movimiento y la danza. No hay nada hay más peligroso que la autocensura; y lo curioso es que esto suele suceder de un modo inconsciente: a veces por miedo a las cifras de ventas y otras, simplemente, por pura cobardía. No, yo no; como digo en uno de mis versos que aparecen en el disco, procuro siempre llevarle la contraria a mi sombra.
Viendo tu capacidad para crear, imagino que tendrás algún otro proyecto en mente al que darás forma a lo largo de este año, ¿Qué nos puedes adelantar?
Pues sí; desgraciadamente para mis neuronas, que las pobres no las dejo ni un solo día de vacaciones, tengo entre manos un futuro proyecto que me tiene con el corazón muy rojo: el lanzamiento de una nueva novela donde me cuelo en rincones de Bagdad, Pyongyang y Perú, y el cual va a ocasionar que pase más tiempo con mi compañero porteño, Gustavo Defranchi, el cual admiro muchísimo. Con este trabajo tengo la excusa de poder pasar una temporada en Buenos Aires revisando textos, ¿dónde mejor? Amigo, más pronto que tarde haremos que la literatura se haga viral. Nos vemos en los teatros.
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